domingo, 25 de marzo de 2012

Anochece, que no es poco

El sábado por la tarde decidimos in extremis ir a Ayna a subir la pared del Frontón Roberto y Álvaro.

Al final resultó en una vía nueva que sale por arriba.

Llegamos a las 5 a la base de la pared, ciertamente no teníamos mucho tiempo para subir y de eso Roberto ya se había dado cuenta...



Mientras tanto yo me peleo con un largo que al principio está muy roto y con mucha berza y luego se pone plaquero, consigo poner un clavo, pero el sitio no me parece adecuado para una reunión por ser una repisa ínfima y continúo escalando preguntándole a roberto cuantos metros quedan... es como un juego "¿cuanto me quedaaa?!!, 15metros! ¿cuanto me quedaaaaa??!! 10 metroooos!!! Voy a llegar a una repisaaaa a ver si aquí puedo montaaaar!!!"



Las cuerdas rozan una barbaridad, he consumido casi 55m de cuerda y eso se nota al tratar de asegurar a Roberto, cuando él llega a la reunión tengo los bíceps de tirar de la cuerda que me dan pinchazos. Le digo "si no te importa pégate tu el siguiente largo que tengo los brazos muy mal" Roberto se traga cualquier tipo de emoción (buena o mala) y me dice "sin problemas"

Estamos en una cuevecica con una salida muy vertical pero con mucho cacho, la roca no es buena pero por lo menos en estos primeros 4 o 5  metros parece que no se cae nada, Roberto pone un puente de roca nada sólido y un poco más arriba el link cam verde en un agujero, no es un emplazamiento ideal, pero le da la confianza para hacer un poco de travesía a izquierda y salir a una zona algo más tumbada aunque otra vez con bastantes matas.

Va cogiendo altura y llega a un punto sobre un gendarme en el que ya casi no le queda material. allí decide montar la reunión, es todo menos cómoda y la salida no la ve clara...




Cuando llego a su altura hacemos malabares para ponerme sobre la reunión y pasarnos el material, dejo las zapatillas en una repisa que se tambalea y pongo un puentecillo de roca que no quiero ni mirar.

A mi derecha sale un diedro vertical sin fisura media que no se como voy a proteger, pero veo que si me estiro voy a poder llegar a un agarre de mano. De allí controlando los nervios voy progresando por ese diedro que cada vez tumba menos hasta que llego a una zona donde la roca cambia a naranja y me encuentro en una cuevecilla bajo unos desplomes cogido de chorreras. Allí consigo meter un camalot amarillo y me pego  un buen rato decidiendo si le pego directo al desplome de chorreras, si trato de subir por un diedro vertical pero sin agarres un poco a la izquierda o si voy a ver la derecha a ver que hay, mientras tanto las fuerzas de mis brazos se van tan rápido como la luz del Sol.




Le digo a Roberto "voy a mirar por la derechaaaa!!" y me dice "noooo que por ahí son desplomacoooos!!, mira más a tu izquierdaaaa!! a ver si puedes saltar por encima de esa mataaaa!!!"

Destrepo un par de metros, hasta el principio de la roca naranja y me decido a hacer travesía sin pies hacia la izquierda, por suerte el camalot que puse arriba ha quedado bastante sólido, en seguida llego a terreno, no más tumbado, pero si "humanamente vertical", un último paso para superar una panza y ¡salgo fuera!!!! me alumbran las últimas luces.




Le pido que me suelte de las cuerdas y corro a buscar una fisura sólida donde poner dos clavos desde los que pueda asegurar a Roberto o izarlo si hiciera falta, soy consciente de que el pobre va a tener que escalar de noche ese largo que me ha hecho sudar de lo lindo.




Cuando llegamos arriba nos relajamos un poco, bebemos agua y buscamos como bajar a Ayna, donde nos espera la gente del pueblo "¿pero estáis locos??? si eso no está equipao!!!"

Pedazo de actividad sin programarla....

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